Recuerdo una lejana entrada en este blog donde el autor se vanagloriaba de su temple y buen hacer en el proceloso espacio desde que la vía está hecha hasta que se llega al final. Aparece también en mi recuerdo otra que trataba de enanos del mazo, (entrañables criaturas donde las haya). Bien, pues mi
coalescente intención de esta entrada pretende agarrar estas dos ideas, rebozarlas, aliñarlas y
regurgitarlas a modo de relato de una tarde del
sábado y un domingo.... digamos.... los de la última semana.
Sección más dura que la
testud de lucifer, reposo más precario que una pompa de
jabón en un zarzal y sección de resistencia con antebrazos de ancla tatuado...pinza abierta y mala con izquierda, pinza altísima con derecha, subir los dos pies a planos sobados y más negros que los sobacos de un grillo, rebote con izquierda a pinza de arqueo, rebote con derecha a una
galletita detrás de una columna,
recolocar pies y..... se acabó,
tranquilamente coger un agujero enorme. Bueno.... o......no, porque el agujero salio disparado como un cohete hacia la luna. Los pies estaban en su sitio, las manos también ¿y? ¿cómo explicar algo a alguien si no tengo una explicación para mi? cualquier razón que me proponen me parece una miserable excusa que no estoy dispuesto a permitirme. Todos se
ríen bajito de mi y yo también, durante la cena, durante la charla, en mis sueños y desvelos. La mirada fría de la incomprensión no me abandona y yo mismo no permito que me abandone, siempre está detrás de cada mirada perdida, detrás de cada segundo de silencio, detrás de cada ausencia de la
conversación; siento su incómoda postura en mi estómago cerrado, en mis brazos cansados, en mis hombros
contracturados, en las
sensibilísimas yemas de los dedos. En mis atormentados sueños y vigilias, durante el desayuno, en el camino al cañón, mientras caliento y hasta que llego a pie de vía, me ato y... miro hacia arriba.
Allí está el agujero y....... y en él están todos los fantasmas, t-o-d-o-s. ¿
Habéis probado a mirar a un fantasma desde abajo? Pues he de decir que el panorama es curioso, debajo de la sabana se ven dos pelotillas que, supongo yo, serán los ojos.... no hay nada más y parecen
suficientes para aguantar todo este mundo de miedo, inseguridad,
incertidumbre, incomprensión, burla, auto-burla, éxito y no-éxito que fueron las horas que intento
narraros.
Sí allí estaban todos en el agujero esperándome una vez más, solo que esta vez los sentía con mucha, mucha, mucha más fuerza que de costumbre.
Ahhhhh se me olvidaba!!!! ahí la del fantasma.....


