domingo, 13 de junio de 2010

El peor encadene de mi vida....

Los ha habido al límite, los ha habido sobrado, bien, regular, mal... pero éste, éste ha sido pa-té-ti-co... Había una ligera tormenta de estas que me dejan la tensión por el sub-suelo (excusa), uno de esos días en que no te miras al espejo para no tener una bronca contigo mismo (excusa número dos), una semana laboralmente hablando de las peores (excusa número tres), llevo veinte horas sin dirigir la palabra a nadie. Me meto en la vía con la intención de bajarme en la tercera chapa (con suerte), el paso clave lo hago al revés, se me van los pies y me quedo colgando, no se sabe por que me quedo enganchado, que no agarrado, cuando debería estar cayendo, sigo hacia arriba porque estoy enfadado con el mundo y no sale de los cojones hacerle caso ni a la fuerza de la gravedad, en la salida de la sección me vuelvo a hacer un lio con los putos pies que se vuelven a quedar colgando y pataleando como si hubiera empezado a escarlar antesdeayer, nadie me anima por miedo a que les tire una piedra desde ahí arriba, después de pegarle dos patadas a la pared vuelvo a ponerlos pies, miro a los codos que ya están pa cuenca, y esta claro que los acojono porque se pegan al pecho como nunca antes me habían obedecido. Entre auto gruñidos, maldiciones y mecago en mi propia vida (deportiva) llego a la reunión que estaba temblando por miedo a que la arrancara de una ostia. El resto del día no fue mejor. Solo hoy varias semanas después soy capaz de contarlo....

2 comentarios:

Alberto de Francisco dijo...

Ni todos los éxitos son dulces, ni todos los fracasos amargos.
Pero te sentirías peor si te hubieras bajado en la tercera chapa :-)

Unknown dijo...

Joder Mr. Orange... hasta yo me he hecho caca encima leyendo tal anécdota... no quisiera haber estado en el lugar ni de la cadena ni de tu asegurador...

Luego siempre están los dulces y graciosos momentos como "el bloque de la cebolleta" o "para qué sirve una guitarra de plástico conectada a una tele?"

P.S: ya era hora que volvieras a escribir!